sexta-feira, 28 de novembro de 2008

La Memória como Construcción de la Identidade

‘Me Encanta’ o trabalho do
Domingo Martínez Rosario
os óleos são maravilhosos frames cinematográficos.




¿Quién es Marcelito Bernal? Buena pregunta, ¿no?

La fotografía empezó históricamente como representación de la persona, de su identidad, de su propiedad civil, de la reserva del cuerpo. Se extendió la práctica de plasmar las etapas más importantes de la vida: el nacimiento, matrimonio, servicio militar e incluso la propia muerte.
Ésta obra consiste en 16 retratos tomados de fotografías antiguas compradas de segunda mano y pertenecientes todas a la misma familia, por lo tanto el retratado es siempre la misma persona. El realizar esta obra en pleno siglo XXI responde al horror vacui de nuestras sociedades contemporáneas, a ese miedo al futuro del que no sabemos nada, al terror de nuestra propia memoria, o mejor dicho, de la ausencia de nuestra memoria, del olvido, de morir y no haber sido nada ni dejar nada.Es este aspecto el que más me interesa en las fotografías familiares, muchas de ellas anónimas que encuentro por mi camino. Rescatar la historia, desenterrar la vida oculta de todas las personas que pasan por la historia como una masa, sin apelativo, sin identidad.


Esta obra está formada por cuatro cuadros de 100 x 100 cms. cada uno, en óleo sobre tela, y representa cuatro instantes fotográficos de un espacio de tiempo concreto. En la imagen aparece una señora en una cocina realizando sus labores cotidianas. Son un nuevo álbum fotográfico de familia que se preocupa por la materialización del tiempo y los movimientos del personaje en un espacio no cambiante. Evidentemente, esas imágenes fueron registradas con una cámara de fotografía digital, que es la encargada de registrar nuestros eventos y momentos más importantes de nuestras vidas en los últimos años gracias al boom de la imagen digital. Este tipo de imágenes son las que llenaran nuestros cds y discos duros, al igual que antes se llenaban los álbumes familiares. Serán las imágenes de nuestra memoria o las que nos hagan renacer los recuerdos de nuestros antepasados o los momentos de nuestra vida.

En estos retratos se reflexiona sobre el rostro y sus transformaciones a lo largo del tiempo, de ahí que la obra se componga en seis piezas, con la consecuencia de que el espectador realice un recorrido visual desde la primera pieza hasta la última, marcando un espacio temporal entre ellas. El aluminio sirve como espejo, el espejo donde todos los días nos miramos.

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